"En la versión autóctona de este vudú posmoderno han elegido como sucedáneo de Dios a Franco; y así, resucitando cada mañana a Franco para figurarse que lo matan, algunos consiguen dar espesor y sustancia a sus días inanes. Yo he conocido gente que está plenamente convencida de que la culpa de todos sus males la tiene Franco: si la burocracia administrativa es lenta, la culpa la tiene Franco; si el fracaso escolar en España es superior a la media europea, la culpa la tiene Franco; si a su mujer le huele el aliento, la culpa la tiene Franco; y así sucesivamente. Ser omnímodo y omnipotente es uno de los atributos de Dios; y convirtiendo a Franco en responsable de todos sus males no hacen sino divinizarlo."